Este año, nueve personal de Gente de Mar dieron un giro en sus carreras al ingresar a la Escuela Naval “Arturo Prat” para formarse como futuros Oficiales de Mar (OM). Uno de ellos el Cabo 1° José Jara Santi, quien este año pasó a ser Aspirante a OM del escalafón Litoral.
El Aspirante OM Jara podría haber seguido una vida distinta. Estudiaba Ingeniería en Agronomía en Santiago, pero su verdadera vocación siempre estuvo en otro lugar. “Mi sueño, aunque suene simple, era ser marino” confiesa. Y así fue como, tras congelar sus estudios y pasar un año trabajando, en 2007 postuló a la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisterna” a los 20 años y comenzó a vestir el uniforme que lo iba acompañar hasta la actualidad.
Eligió la especialidad de Litoral Mecánico Electricista (L. Mc.El.) y siguió su formación en Viña del Mar, en la Academia Politécnica Naval (Apolinav). Su carrera lo llevó por distintas reparticiones del sur de Chile, siempre en el Servicio Marítimo y en las siguientes localidades: Puerto Varas, Pucón, Valdivia, Puerto Chacabuco y finalmente Puerto Aysén, donde recibió la noticia que cambiaría su carrera. Había sido seleccionado para el Curso de Oficiales de Mar 2025, que se realiza en la Escuela Naval “Arturo Prat” en Valparaíso.
“Cuando uno ingresa a la Escuela de Grumetes, el norte siempre es llegar a Suboficial Mayor, que es lo máximo a lo que se puede aspirar”, explica. Por eso, recibir la oportunidad de formarse como Oficial no es algo que se espere. “Esto es un premio, pero también una necesidad de la Armada. Uno solo se dedica a hacer bien su trabajo”.
Hoy, con 18 años de servicio, dos hijos, y su esposa que ha sido soporte constante y unos padres orgullosos, Jara se vistió con el uniforme de Aspirante, junto a ocho compañeros, en las aulas de la Escuela Naval. “Es un mundo aparte. A pesar de toda la experiencia previa, esto es muy diferente. Desde el Director hasta el último Cadete, nos han hecho sentir bien acogidos”.
Los desafíos no han sido pocos. Si bien los ramos están orientados al mando y liderazgo, con profesores de dilatada trayectoria, el entrenamiento físico también ha exigido lo suyo. “Nos ajustaron a las exigencias de los Cadetes de primer año. Imagínese, con 18 años de diferencia haciendo el test de Cooper a su ritmo. Ha sido complicado”.
A pesar de aquello, el Aspirante OM Jara resalta el valor de la convivencia con los Cadetes. “Muchos de ellos se acercan, nos piden consejos, nos preguntan cómo es la vida en el servicio. Nos ha sorprendido esa confianza, ese respeto que se da aquí”.
Pero el mayor reto vendrá después. El paso de subordinado a líder de equipo es un cambio enorme. “Lo más complicado no va a ser liderar, sino trabajar con aquellos que antes fueron mis jefes, con Sargentos o Suboficiales que conocí desde otra posición. Esa transición es la que más respeto me da”.
A pesar de las inquietudes, el Aspirante OM Jara se prepara con compromiso para lo que viene. “Más que elegir dónde quiero ir, voy donde la Armada disponga. Y allí quiero ser un buen Oficial, un buen líder y trabajar de la mejor manera con mi gente”.